Friday, August 14, 2009

Vuelve el perro arrepentido


Datos sobre discusiones recientes sobre el estatus del Estado Libre Asociado de Puerto Rico

El 22 de julio el comité de recursos naturales de la cámara de representantes de los Estados Unidos aprobó el “Puerto Rico Democracy Act of 2009". Este proyecto, presentado por el comisionado residente Pedro Pierluisi, propone que los electores puertorriqueños escojan entre mantener el estatus actual de la isla o cambiarlo por algo diferente. De escoger algo diferente, habrá una segunda consulta donde los puertorriqueños escogerán entre estadidad, independencia o independencia asociada (este disparate no es de mi creación). Los medios que cubrieron la noticia anticipan que el proyecto no se discutirá en el senado y debo señalar que con esta medida, el conteo de medidas consideradas por la cámara para definir el estatus de la isla llega a 68. Por último creo que es oportuno recordar que mis paisanos rechazaron la estadidad en las consultas del 67, 93 y 1998.

Por otro lado, la confirmación de Sonia Sotomayor a la corte suprema de los Estados Unidos resulto en que ahora los puertorriqueños estamos “in” y produjo que el presidente Obama hiciera una expresión pública donde dijo que el respalda que los puertorriqueños decidan su futuro. (eso mismo dijo en una reunión privada en Puerto Rico en la que me encontraba presente)

Conclusión personal

Una de dos opciones:

o Ninguna de las personas que están participando de la discusión del estatus de Puerto Rico tiene idea de lo que está diciendo, comenzando por Pierluisi y terminando con Obama ó

o A ninguno realmente les importa (que es lo más probable)

Aquí voy

Al congreso de los Estados Unidos (y al gobierno de los Estados Unidos) no le importa Puerto Rico y más claro no canta un gallo. Recientemente hubo dos periodistas que estaban jugando al esconder cerca de la frontera de Korea del Norte y fueron arrestadas por ese gobierno y condenadas a 12 años de trabajo forzado. En reacción a ese incidente, el gobierno de los Estados Unidos envió al ex presidente Clinton a sacarlas de allí. Los puertorriqueños llevan más de 100 años de estatus político forzado y cuando envían a alguien a hablarnos del estatus, nos envían a un abogado recién contratado por el departamento de estado federal o nos envían a candidatos políticos en plena campaña (como en el caso de Obama) para que hagan las expresiones más neutrales posibles y así maximizar su recaudación de fondos.

Residentes de Afganistán “atentaron” contra la estabilidad y contra vidas en los Estados Unidos y el gobierno de Irak era un “peligro inminente”, a cambio de eso los Estados Unidos llevan hasta ahora una inversión de casi 900 billones de dólares la pérdida de miles de vidas de sus soldados, para crear estabilidad y establecer gobiernos democráticos en esos países. Nosotros los puertorriqueños no tan solo proveemos miles de voluntarios que entregan sus vidas a esas causas sino que jamás hemos atentado contra la estabilidad de los Estados Unidos ni de ninguno de sus intereses y que tenemos a cambio, una relación que nos limita económicamente y que hace que no se nos reconozca como el país que somos. Aunque culturalmente somos una nación, política y económicamente somos un hibrido que recoge lo peor de lo que resulta no ser un país pero a su vez si lo somos.

Si el presidente Obama cree que esta haciendo algo productivo al decir que los puertorriqueños deben decidir su estatus, simplemente es uno más de los que se añade al problema y la confusión. Actitudes como esa perpetuarán nuestro limbo político y contribuirán a nuestro continuo deterioro como país. Tengo que dejar abierta la posibilidad de que el presidente Obama realmente le permita a los puertorriqueños decidir su futuro político. De ser así, entonces quiero describir lo que yo como puertorriqueño propongo:

Primero que nada que seamos una nación reconocida ante la ONU, que podamos tener intercambio comercial con quien nos de la gana, que podamos realizar nuestros intercambios comerciales hasta en el barco de Popeye, que los puertorriqueños que no puedan cortarse el cordón umbilical puedan mantener su ciudadanía americana pero que los que quieran identificarse como ciudadanos puertorriqueños puedan tener su propia identidad, que nos saquen la corte federal y el FBI pero que nos dejen algo del DEA por ahí, que podamos hacernos miembros de la Unión Europea, que mantengamos nuestro equipo olímpico pero que nos prohíban de añadir a la fortuna de Donald Trump participando en sus “certamenes” de belleza, que caiga nieve en Adjuntas y por ultimo que destierren a Tomas Rivera Shatz. Si el presidente Obama no nos permite que podamos incluir estos parámetros en nuestra definición de estatus entonces necesitamos la participación activa de su gobierno en la definición del proceso. De nos ser así, para Puerto Rico, Obama solo será un político más.

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