Tuesday, February 2, 2010

No salvemos el planeta

Después de mucho tiempo de no escribir en este espacio y habiendo escrito un comentario ayer, me sorprende a mi mismo que ya tenga tema para desarrollar hoy, pero es que verdaderamente es inevitable. Estaba yo acabando de llegar a mi oficina y como no estoy muy lejos de la cocina puedo escuchar los comentarios que hacen las personas mientras se sirven su café. Por esa razón, fue que escuche a una persona confirmar su vasta ignorancia (por no ser ofensivo) cuando dijo, “wow yo creía en todo eso del calentamiento global pero con el frío que hace afuera ya deje de creer.” No me considero la persona más informada pero creo que tengo una idea de la capacidad dañina que puede tener la ignorancia, sobre todo cuando se promueve en espacios públicos.
 
El tema del ambiente y de la conservación ambiental domina significativamente los medios de comunicación aunque creo que el enfoque que se le da en la mayoría de los casos es una hipocresía. Es una hipocresía porque se habla demasiado de salvar, ayudar o restaurar el planeta cuando realmente lo que nosotros hacemos es creando lo que se encargara de nuestra propia extinción, el planeta seguirá aquí después que nosotros no estemos. Fisiológicamente los seres humanos somos muy frágiles y cuando comiencen a manifestarse los efectos de nuestras acciones, creo que desapareceremos rapidito, excepto Keith Richards por supuesto, quien vivirá para siempre.  En un tono más serio, considerando todo el daño que hacemos y el hecho de que nos comportamos como parásitos, creo que para el planeta seria un alivio el que desaparezcamos de aquí. Creo que el planeta citaría a Nietzsche cuando decía, “The weak and the botched shall perish: first principle of our charity. And one should help them to it.” (del Anticristo)
 
Recientemente leía un articulo en la revista Utne donde por primera vez vi una fuerte critica a los seudo ambientalistas. Decía el autor que el vivir una vida de limitaciones (quizás debo escribir “limitaciones” pues es un concepto muy relativo) por el mero hecho de ayudar al ambiente es una perdida de tiempo. El argumentaba que nuestro estilo de vida se debe regir por nuestras necesidades y nuestros deseos, no por las acciones que puedan hacernos sentir que estamos haciendo algo solo para nuestra satisfacción personal cuando realmente no tengamos ningún impacto. El huirle al plástico como el diablo a la cruz o el comprar un carro hibrido en lugar de una Hummer, a nivel individual no logra nada. Aun si todos los ciudadanos del planeta acordáramos no comprar Hummers es muy poco lo que lograríamos. Todo esto se basa en el principio de conveniencia que rige las mentes del “primer mundo”. Si me duele la cabeza me tomo una aspirina, si quiero abdominales le dedico seis minutos diarios, si quiero ver las noticias simplemente las grabo en el TiVo, si quiero un bronceado me acuesto en una cama de bombillas y si quiero salvar el ambiente simplemente dejo de comprar agua en botellitas plásticas. Desafortunadamente no todo lo podemos resolver a nuestra conveniencia, si queremos causar un impacto hay que hacer mucho pero muchísimo más.
 
Las nuevas tecnologías con las que las empresas que causaron el problema quieren arreglar el daño, no sirven para nada. Por ejemplo, en la transportación, ahora están muy de moda los carros eléctricos, los carros híbridos, los diesel, los vehículos impulsados por gas natural y los famosos “fuel cells”. Para empezar los carros eléctricos usan ELECTRICIDAD la cual viene por un cablecito hasta su casa desde una planta que principalmente uso carbón, petróleo o energía nuclear para su producción. Los gases que no salen por la parte de atrás del carro ya salieron de la planta generadora. Ahora las plantas de carbón quieren vendernos la idea del “carbón limpio”, para ponerlo en palabras simples, eso es lo mismo que el lechón “fat free”. Las emisiones que producen estas plantas las quieren almacenar y sembrarlas en el fondo del mar o en los desiertos del oeste de los Estados Unidos. En otras palabras, recogen la tierra del medio de la sala para esconderla en la cocina porque en la cocina hay menos personas que la ven. De las plantas de producción por petróleo no hay mucho que decir pues todos las conocemos y las plantas nucleares son las más convenientes porque usamos la energía ahora y que nuestros nietos se encarguen de deshacerse de los desperdicios radioactivos. Los carros híbridos y diesel producen más millas por galón por lo tanto las emisiones de un galón de combustible se pueden esparcir por áreas más extensas, o como me gusta decirlo a mi, si algo apesta en un cuarto chiquito, lo cambias a un cuarto grande para que apeste menos. Finalmente la palabra natural en gas natural lo que significa es que el gas fue fabricado por la naturaleza y la naturaleza cerro su fabrica de gas y petróleo hace muchos años. Claro no puedo dejar de mencionar que el quemar gas también produce otros gases. Por último los “fuel cells” se alimentan de hidrógeno el cual requiere de cantidades significativas de energía para su producción lo que hace su valor ambiental muy cuestionable.  
 
Un tema que se discute muchísimo en días recientes y que es la octava maravilla en la conservación ambiental, es el famoso “Cap and Trade”, lo cual no se como lo traducen pero yo le voy a llamar “Limita y vende”. La idea detrás de este concepto es establecer un limite a las emisiones que pueden generar los grandes contaminadores. Por ejemplo, decirle a una fábrica de producción de cemento que su límite de emisiones por ley al año es de un millón de libras de dióxido de carbono, ese representa el “limite”. Si esa fábrica produce menos, digamos medio millón de libras, entonces puede vender el medio millón que no uso a una empresa que proyecte producir sobre su limite de emisiones, lo que constituye la “venta”. Por lo general las fábricas producen más de las emisiones que se les permite producir por ley. Esto obliga a esas empresas a comprar créditos que les permiten balancear sus emisiones y cumplir con la ley. Muchos países, por ejemplo Brazil, se dedican a crear proyectos para la captura del dióxido de carbono (composta, siembra de árboles, etc.). Estos proyectos pueden vender su capacidad de capturar esos gases a las empresas que necesitan balancear sus emisiones. Actualmente uno solo de estos proyectos, que son supervisados por las Naciones Unidas, puede producir en promedio la capacidad de capturar hasta 67,000 toneladas de dióxido de carbono. Cada tonelada se valora aproximadamente en $22 y hay alrededor de 2,000 de estos proyectos, así que estamos hablando de muchos $$$. Nada es perfecto y el mercado de “Limita y vende” es uno de los más imperfectos. Actualmente las Naciones Unidas aprueban los proyectos y contabilizan la capacidad de capturar el dióxido de carbono para cada proyecto. Esta aprobación le permite a los desarrolladores de proyectos vender sus créditos para financiar los proyectos. Debido a la gran cantidad de proyectos, es imposible verificar que los proyectos estén produciendo la capacidad de capturar las emisiones de la manera como fueron aprobados. En otras palabras, si un proyecto dice que capturará 50,000 toneladas, ese proyecto generara $1.1 millones en ventas de créditos, pero si el proyecto solo captura 10,000 toneladas no pasa absolutamente nada. Los reguladores dicen que la efectividad de los proyectos es tan incierta que el verificar su efectividad podría crear una nueva crisis económica ya que se vende una capacidad que no existe. Y colorín colorado este cuento no ha terminado.  
 
Entre las ideas que se desarrollan para “proteger el ambiente” ahora también esta la geoingeniería. La geoingeniería es la manera tecnológica de resolver la crisis ambiental. La idea de esta ciencia es eliminar la necesidad de modificar las conductas excesivas de los seres humanos y simplemente cambiar la manera como funciona el planeta. Una idea muy a tono con los abdominales de 6 minutos, los salones de bronceados y la viagra. Algunas de las propuestas más recientes por los geoingenieros incluyen: dispersar dióxido de azufre en la estratosfera para reflejar los rayos del sol, diseñar árboles artificiales que capturen el dióxido de carbono y lo inyecten a la tierra, y uno que copió y expandió una idea que presentó Mr. Burns en los Simpsons. Este propone poner un trillón de espejos en orbita entre el planeta tierra y el sol para crear una sobrilla espacial. Lo poco que conozco sobre los geoingenieros me hace pensar que ellos fallan en reconocer que todo en nuestro planeta está interconectado y que un cambio de esa naturaleza tendría efectos impredecibles. Por ejemplo, el regar el dióxido de azufre en la atmosfera podría enfriar el planeta y reducir la temporada de lluvias sobre Asia. Yo me puedo imaginar a estos geoingenieros trabajando de médicos, les llega un niño con una tos fuerte y le recetan un parcho para taparle la boca y eliminar la tos.        
 
Dentro de todo esto yo no propongo que simplemente nos quedemos sin hacer nada y enfrentemos las consecuencias de el daño que le hemos hecho a los sistemas que permiten la vida humana en nuestro planeta. Mi idea es que debemos hacer mucho más que simplemente cambiar las bombillas de la casa por las bombillas de espiral que ahorran energía. Lo primero que tenemos que hacer es reconocer colectivamente la magnitud del problema. Si es necesario, señalar en el acto la ignorancia de una persona que dice que el hecho de que hace frío elimina la idea del calentamiento global. También debemos reconocer colectivamente que nuestros estilos de vida son el verdadero problema. Por ejemplo, si eliminamos todos los carros que existen en el planeta y no reducimos en gran escala nuestro consumo de carnes rojas, es poco lo que logramos. El metano es el segundo gas de mayor daño atmosférico. Al metano se le atribuye alrededor del 15% del daño creado a la atmosfera. El ganado produce entre el 15% y el 20% del metano que se produce mundialmente. Además de los daños por la producción de gas, se necesitan 30 libras de alimento por cada libra que se produce de carne. Ese alimento tienen que ser sembrado, recogido y procesado usando múltiples recursos no renovables y que afectan nuestro ambiente. Raj Patel un ex empleado “reformado” del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas explica en su libro “The Value of Nothing: How to Reshape Market Society and Redefine Democracy” el verdadero costo del hamburger por el que pagamos $4. Dice Patel que si la carne se produce en tierras que anteriormente constituían bosques, se comienza con perder un ecosistema, se pierde la capacidad de capturar dióxido de carbono, a eso se le añaden todos los ecosistemas afectados por la producción del alimento para el ganado, la transportación, la energía para procesar todo esto, el costo real del hamburger es de alrededor de $200.
 
No hagamos nada por salvar el ambiente, si hacemos lo que tenemos que hacer por salvarnos a nosotros mismos, el ambiente queda en buenas condiciones. La amenaza del calentamiento global y sus consecuencias no es un concepto, una idea, una política, un issue, una causa, es lo que si no hacemos nada para revertirlo entonces como diría Porky, That’s all Folks, al menos para nosotros.    
 
 
 
         
 
 

Monday, February 1, 2010

La solución está en actuar en contra de nuestras ideas

Desde que comenzó el año no escribo nada en este espacio. Todo es lo mismo, nada mejora pero si se deteriora todo. En una ocasión comencé a escribir sobre Haití al ver el insulto de Obama al pueblo haitiano al nombrar a dos de los arquitectos de la destrucción de ese pueblo, Clinton y W, para llevar los procesos de ayuda de los Estados Unidos. En el proceso de desarrollar el escrito fue tanto el desanimo al resumir como se llego a donde se encuentra el país que no termine el escrito. Por otro lado, de Obama ya no me animo a escribir. En la política estadounidense, el comediante Jon Stewart no se cansa de recordarles a los demócratas que 59 sigue siendo una mayoría ante 41 pero parece que el chihuahua seguirá asustando al Gran Danés. Quizás es como los casos publicados en la revista Harper’s de este mes en la sección de “Findings” que prefiero citar textualmente: “five white tigers in a Chinese zoo had become fearful of the live chickens offered them as food; and in China’s Hubei province, a gang of macaques trained in kung-fu turned on their human master.” Después de leer eso ya casi todo esta dicho. De Puerto Rico, ni hablar, el plan anticrimen del jefe de la policía es secreto, por lo tanto no se lo puede reveler a nadie. Si me siento a escribir detalladamente las cosas que ocurren en este momento en la isla, en cualquier lugar donde no se conoce Puerto Rico, lo leerían como ciencia ficción.
 
Decidí escribir esta nota porque ayer leía el Huffington Post y vi una columna escrita por el comediante Bill Maher (tenia que ser comediante, últimamente son los únicos que tienen sentido) que decía “Si los demócratas quieren un plan de salud, deben rechazarlo.” Al principio pasé el titular por alto pero luego procesé lo que decía y decidí leerlo. En verdad su idea tiene mucho sentido. En el mundo polarizado donde vivimos, los políticos de carrera que buscan el poder por el poder mismo hicieron desaparecer el sentido común. Los políticos no tienen que ser personas sofisticadas, sobre todo los senadores. Idealmente un senador es una persona que representa el ciudadano común. Su función es reunirse con un grupo de personas que tienen su misma capacidad de toma de decisiones para leer y analizar lo que sus compañeros proponen y decidir si es algo que beneficiara o perjudicara a las personas que representan. Luego de hacer eso por un tiempo simplemente regresa a su casa y a su trabajo a desarrollar una vida dentro del marco de decisiones que tomó. Eso es lo ideal pero como en la mayoría de los casos, el sentido común no se convierte en la practica común. Con la perdida de la silla de Kennedy, los demócratas sienten que ya no podrán hacer nada. En ese tipo de actitud tanto fallan los demócratas por promover esa mentalidad a diferencia de defender los intereses de las personas que los enviaron al capitolio y les pagan su sueldo, como fallan los republicanos por convertirse en un bloque de 41 votos donde nadie puede utilizar su propio criterio. Siendo así, a quienes representan estas personas que no sea a ellos mismos. Se critican los gobiernos autócratas del Oriente Medio y se critica la falta de democracia en China pero que tipo de democracia o gobierno representativo es este. Esto es más que cualquier otra cosa una monarquía electiva o un gobierno corporativo.
 
El tema de este espacio es de aquí y de allá. Por eso después de haber comentado sobre lo que me parece un insulto a un país y a sus ciudadanos por parte de un grupo de “representantes del pueblo” me pregunto, ¿qué se puede aprender en Puerto Rico sobre todo esto? Muy fácil, si los populares quieren derrotar la estadidad, intégrenla a su plataforma de partido.