Thursday, March 25, 2010

Afganistando a Puerto Rico

El mundo no deja de cambiar pero tal parece que actualmente la mayoría de los cambios perjudican la humanidad más de lo que la ayudan. Después de una larga ausencia en este espacio, hoy decidí ventilar algunas ideas sobre aquí y sobre allá pero quiero comenzar con allá a ver como lo traemos hasta aquí. Comencemos con el pan nuestro de cada día, no me refiero a la reforma de salud, ese seria el carro nuestro de cada día, considerando que hay personas que prefieren no comer a caminar a pie, me refiero a las guerras de las que ya casi no se habla aunque todos sabemos que están ahí.

Yo no soy un experto en guerras, mucho menos en la manera en la que se debe manejar un país invadido aun cuando viví en uno así por bastante tiempo. Lo que si puedo hacer de igual manera que lo pueden hacer los arquitectos de la guerra (al menos eso creo) es leer. No hay nada mejor para tener una idea de como proceder con respecto a un asunto que revisar la historia. No voy a ir tan lejos como preguntarme si el Pentágono leyó algo sobre la invasión rusa en Afganistán antes de cargar sus tanques y sus pistolas porque no quiero mirar atrás, más bien quiero mirar al futuro con espejuelos del pasado. (hablando de leer, para las personas que tengan buena salud emocional les recomiendo el libro Confessions of an Economic Hitman de John Perkins, en algún momento hablare de el)

En este momento el liderato de Afganistán no parece saber ni la hora que es. Mucho menos saben los que llegaron allí disparando hace unos años atrás. El presidente Karzai parece saber como “ganar” una elección pero no parece saber que hacer después (algo que me parece muy familiar). Debo aclarar, que no quiero pasar juicio sobre la validez o justificación de la invasión porque aun cuando no la considero justificada, no quiero que los favorecedores de iniciativas militares injustificadas dejen de leer mi blog en este momento por no gustarle mi opinión.

Según expertos en el asunto de Afganistán, el reto principal del gobierno de Karzai no es el desarrollo de la democracia ni la creación de un sentido de nacionalismo, el verdadero reto es la creación de un estado. La creación de un estado implica la creación de un gobierno nacional que pueda mantener un monopolio legitimo sobre el uso del poder y de la fuerza en el país. El New York Times reportó que la capacidad del gobierno afgano de gobernarse, mantener el orden, construir carreteras, proveer servicios básicos, es inexistente fuera de la capital. Si Afganistán aspira a convertirse en un estado moderno entonces la centralización de la autoridad es un elemento indispensable. En países donde no existe una autoridad central, como lo es Afganistán en este momento, el poder se distribuye de manera fragmentada entre agentes de poder (powerbrokers) o jefes militares (warlords) quienes equivalen a los que en la antigüedad se conocían como “señores” o “amos”. Resumiendo estas ideas, independientemente del termino que se use, la idea está en que para crear un estado tiene que eliminarse la concentración de poder fuera del gobierno central y mantener un poder genuino sobre el territorio gobernado.

Lo interesante de todo esto es que estos no son procesos ajenos ni remotos en nuestra historia como ciudadanos de este planeta azul. Este fue el caso de Europa (entre muchos otros), donde hasta hace solo varios siglos, el continente estaba dominado por pequeños enclaves administrados principalmente por reyes que ejercían su poder sobre un espacio delimitado de territorio. En el caso de Francia fue Luis XIV el que comenzó un cambio radical en la transformación del país. Se cita recientemente el caso de Francia porque Luis XIV en relativamente poco tiempo concluyó que no podría crear un estado mediante el uso exclusivo de la fuerza, observación que podemos hacer muy fácilmente desde el exterior de Iraq y Afghanistan pero que las personas con el poder de tomar decisiones parecen no poder reconocer. Entre sus procesos de creación del estado francés, Luis XIV realizó concesiones significativas de poder a diferentes agentes de poder para así lograr centralizar el control sobre el país. Hubo incluso un periodo en el que Luis XIV subasto la administración de las agencias de gobierno para recaudar fondos para financiar el joven gobierno. Eventualmente fue recuperando el control de los diferentes aspectos del estado y sus sucesores lograron la consolidación del país de Francia.

Ahora, ¿como se relaciona todo esto con aquí? La relación no es difícil de ver y entender. Cualquier persona que tenga uso de razón puede ver que en Puerto Rico el proceso es exactamente el opuesto al de Afganistán y el gobierno hace exactamente lo opuesto a los que debe hacer. En Puerto Rico existe, con limitaciones, un sistema democrático y tengo que decir con limitaciones porque siento que la mayoría de las personas que representan al pueblo no representan los intereses de los ciudadanos que los eligieron. Aun así, se considera un sistema democrático. En Puerto Rico también existe aunque algunos lo quieran negar, saludos al Dr. Roselló, un sentido de nación que se manifiesta de muchas maneras. Los puertorriqueños, en su mayoría, nos sentimos puertorriqueños y estamos orgullosos de eso. En esos aspectos nuestra situación es opuesta a la de Afganistán pero, en donde está la verdadera diferencia es que mientras en Afganistán se identifica como necesidad y prioridad la creación de un estado o de un gobierno nacional que pueda mantener el control, en Puerto Rico, el gobierno cede cada día mas su autoridad y su control.

Ningún gobierno se escapaba de irregularidades o ineficiencias pero dentro de las limitaciones que pudiese tener, hasta hace unos años, Puerto Rico había logrado un sistema de gobierno centralizado, organizado y funcional. Debo aclarar que reconozco que los gobiernos no son un fin en si mismos y por tal razón están en constante evolución y cambio. En el caso de Puerto Rico, el gobierno está en involución y retroceso. La idea de un gobierno central se erosiona cada día de manera más acelerada. Las agencias del gobierno se reducen o desaparecen, aun cuando la necesidad de sus servicios aumenta, dando paso a entidades cuya meta principal, secundaria y terciaria es la generación de ganancias y los servicios que ofrecen son simplemente un mal necesario. Ese tipo de estrategias no solo debilita el estado sino que también va en contra de los intereses de los ciudadanos del estado. El gobierno no existe para ayudar de manera caritativa a los ciudadanos del estado. Los ciudadanos contribuyen sus recursos para la creación de un gobierno que responda a todas y cada una de sus necesidades. Cuando la meta del proveedor de servicios, en este caso el gobierno representado por corporaciones privadas, no es la satisfacción de las necesidades del ciudadano, el gobierno deja de ser funcional y hasta deja de ser necesario.

Ademas de desmantelar las estructuras del gobierno, en Puerto Rico se manifiesta cada día de manera más intensa, la fragmentación del poder del gobierno central. El vacío de liderazgo en La Fortaleza, crea condiciones que transfieren ese poder a otros núcleos. De ahí vemos como los narcotraficantes desarrollan núcleos de poder que retan la autoriadad del gobierno y en la mayoría de los casos superan la capacidad del gobierno de controlar sus actividades. Aun dentro del mismo sistema de gobierno se manifiesta de manera muy marcada la incapacidad de cohesión del gobierno central cuando el presidente del senado dicta las pautas por las que se tiene que regir el liderato de su país y donde vemos alcaldes cuyas responsabilidades con el pueblo traspasan los limites de la administración municipal y convierten sus administraciones en jerarquías que reproducen en nuestra isla los sistemas feudales de la antigüedad.

Si las cosas siguen como van pienso que dentro de poco tiempo terminaremos viendo la europización de Afganistán y la afganistación de Puerto Rico.